Os dejo con uno de mis sueños:
Centro de Entrenamiento del Capitolio.
Llego a un edificio de estilo futurista, que resulta ser el Centro de Entrenamiento de los tributos que aparece en Los Juegos del Hambre. Voy cargando con dos maletas de esas cuadradas de piel con pegatinas de diferentes rincones del mundo.
Miro a mi alrededor tratando de hacer un barrido general de mi situación. Todo es blanco o de cristal, y hay mucha gente atareada o hablando con el móvil. Decenas de recepcionistas con trajes blancos y azules, como los extraterrestres de la versión moderna de ''V'', pululan entre el gentío.
Subo a la habitación que me ha asignado una recepcionista de sonrisa permanente. ''Qué cutre'', digo para mí misma, y no puedo evitar reírme, una risa histérica y nerviosa.
El cuarto está iluminado por una bombilla anaranjada que pende de un cable en el techo, que hace que todo quede en una penumbra constante. Los muebles son los típicos de un salón-comedor de abuelo: muebles de madera oscura con tallas en las patas. Las paredes, blanco-negruzcas, se descochan al más leve roce.
Una voz anuncia por los altavoces que los tributos debemos bajar al gimnasio del Centro, cuando cesa el mensaje, empieza a sonar una canción, que cuando acaba se repite, y así constantemente, a un volumen altísimo, que al parecer va en aumento. Al rato, la identifico: Ola de Calor, de Supersubmarina. Parece que soy la única capaz de oírla, una conversación con otro tributo me lo dejó claro: ''- Qué fuerte está la música de los altavoces, me va a dejar sorda''. ''- ¿Qué música? Yo no oigo nada''.
El gimnasio es tremendamente cutre (es el gimnasio de mi instituto...), con colchonetas raídas, bancos esportillados, y en el centro una mesa cubierta por un mantel granate donde estaban los evaluadores: una mujer y cuatro hombres. Hablan, pero no les presto ni pizca de atención.
Por los altavoces anuncian que debemos ir a clase de ciudadanía. ''¿Ciudadanía?''. Llego a clase, y me encuentro a una profesora desmayada en el suelo, y a un montón de chicos de mi edad que saltan por las sillas y se tiran bolas de papel y avioncitos (bastante bien hechos, por cierto). Me quedo junto a la puerta, en la esquina, evaluando a mis contrincantes.
ACTUALIZO: Dejo aquí la canción, por si queréis oirla.
4 comentarios:
¡¡Anda!! Que novedad, no salgo yo. Tendrías que a ver cambiado de canción en el sueño, dandole al botón de siguiente de tu cabeza. Me gusta más Cientocero o XXI
Es verdad, no sales tú al final... algo va mal en mi cabeza...
Yo que sé, se ve que esa canción se quedó en mi subconsciente. A mí me gustan también esas, y Centro de Atención y Eres.
Yo he pensado lo mismo que Moonlight. Por cierto, ¿te fijaste en los avioncitos y no miraste a ver si andaba Moonlight por ahí? Si, algo no funciona como debería XD
Me ha encantado cómo has contado esta vez el sueño, podrías continuar los que te gustan y escribir historias, seguro que quedarían chulísimas :D
Me gusta la música de la canción ;)
Esque sé hacer grullas y conejos de papiroflexia, pero no sé hacer aviones, es una cosa que se me resiste (y no hablemos de los barcos, esos ya son seres superiores)
El grupo lo escuché por primera vez una tarde en casa de Moonlight, y se han convertido en unos de mis favoritos.
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